martes, 19 de abril de 2011

ciclo catherine breillat

Presentamos en este ciclo a una directora francesa poco conocida, Catherine Breillat, asociada a una nueva corriente de cine llamada Nuevo Extremismo Francés que busca transgredir los tabúes y enseñar todo lo que haya por mostrar (entre los que destacan François Ozon, Gaspar Noe, Bruno Dumont, Claire Denis, Patrice Chereau). Empezó a los 17 años a escribir novelas (su primera novela fue prohibida a menores de edad por su contenido sexual explícito) y varias de sus novelas las adaptó posteriormente a film.

El tema central de Breillat es la sexualidad de la mujer (desde el despertar sexual de una adolescente, la iniciación sexual, las negociaciones sexuales, los límites de los deseos, etc.) desde una mirada introspectiva y tomando “la sexualidad como sujeto y como objeto a la vez”.

Su cine es considerado pornográfico por sus escenas de cuerpos desnudos y sexo (no simulado), por este motivo varias de sus películas fueron censuradas a nivel internacional. Pero una de las diferencias con la pornografía radica en el objetivo de sus películas. Breillat no busca generar placer en las/os espectadoras/es sino que parte de una reflexión profunda de su sexualidad para abrir reflexiones en relación a la construcción de la sexualidad femenina, de los deseos, los cánones sociales y culturales, los prejuicios, la moral, los tabúes, etc. Breillat nos expone a encuentros sexuales pero no nos señala que pensar sobre ellos, no juzga a sus personajes o sus deseos, lo deja abierto a la mirada de la gente, a su moral e ideología.

Breillat se empeña en transgredir tabúes: "Estoy a favor del tabú, pero respetarlo no quiere decir que no se le pueda transgredir. Tabú no quiere decir prohibición ni vergüenza. Es un lugar a fin de cuentas iniciático, ya que curiosamente es el lugar de la transfiguración. Es el lugar más orgánico del cuerpo y como nos provoca miedo, es también un lugar casi maldito. El cine pornográfico trata de decir que la sexualidad se limita a hechos sexuales, a una gimnástica sexual, pero, en realidad, ésta escapa totalmente a la carne. El tabú es el momento en que transformamos ese ritual sexual mecánicamente muy pobre, bastante mediocre, y lo transfiguramos mentalmente en algo inmenso que nos eleva por encima de nosotros mismos hasta hacernos tomar una conciencia superior que deja de ser una conciencia carnal".

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